“Si tienes que poner alguien en un Pedestal, pon a los Maestros. Son los Héroes de la Sociedad”.
Comienzo
este artículo de opinión, de manera muy sucinta, citando el anterior epígrafe
del estadounidense, Guy Kawasaki, reconocido en el mundo por sus grandes conocimientos
en el campo de la Informática y Marketing, al igual que por sus emblemáticas
publicaciones, como, por ejemplo, el libro denominado “El Arte de Empezar”, que
trata de cómo formar emprendedores.
En esta
ocasión, quiero escribir unas líneas dedicadas a enaltecer, como debe ser, la
plausible profesión del docente. Esta profesión que, en Japón, Singapur, Países
Bajos, Canadá y Países Escandinavos, entre otros, es muy admirada por sus
habitantes, apoyada por el Estado, y bien remunerada, pero lastimosamente en
nuestro país Polombia (con “P” mayúscula), es una profesión denigrada, no apoyada,
y mal remunerada.
La función
del Docente es considerada como una Función Sacerdotal por pedagogos de la
talla como Lev Vygotsky, María Montessori, John Dewey, y Juan Bautista de La
Salle, entre otros, quienes afirmaron que la vocación docente es sumamente
valiosa, pues gracias a este menester se desarrolla el aspecto cognitivo, el aspecto
socio-afectivo y el aspecto psicomotor de los niños para desarrollar jóvenes con
altas potencialidades y por ende, adultos que fortalezcan el desarrollo social,
personas con gran valor volitivo que ejerciten el principio filosófico de
alteridad (pensar en el otro) para ser solidario, y que empleen la tecnología,
siendo amigable con el medio ambiente. En otras palabras, después de la loable
labor de los sacerdotes en la misión espiritual, sigue la loable labor de los
docentes en la formación integral.
Considero
muy oportuno hacer una remembranza filológica recordando qué, el vocablo
maestro deriva de magister, del adverbio magis que significa “más” o “mayor”.
Es decir, al magister lo podríamos definir como el que destaca o está por
encima del resto por sus conocimientos y habilidades. Por el contrario, el
vocablo ministro deriva de minister, del adverbio minus que significa “menos” o
“menor”. El minister era el sirviente o el subordinado que apenas tenía
habilidades o conocimientos.
¡Qué
garrafal antagonismo! Docena y media de ministros con ingentes sueldos, altos
privilegios y garrafales prebendas, son los que obstaculizan las inversiones a
la educación, quienes en plena pandemia se han empecinado en gastar billones de
dólares para adquirir tanques y aviones destinados a la Guerra, en programas
televisivos presidenciales para sostener ficticiamente la credibilidad,
displicencia en el manejo de la pandemia. Y, un Magisterio integrado por un
poco más de 220.000 docentes, con excelentes títulos universitarios, con
continua preparación en pedagogía, con sueldos moderados, y enfrentados con
clases donde existe exponencial número de alumnos por curso, con precarias
condiciones de vida y de paso bajo número de raciones alimentarias escolares
con baja calidad nutritiva, pero con sobrecostos por “Ley de Contratación
-PAE”.
Como
docentes, conocemos muy bien que la educación colombiana presenta serios
problemas de fondo, como, por ejemplo, la bajísima inversión en el sector
educativo, lo que genera el nefasto hacinamiento escolar, y, por ende, el
regular nivel académico y científico. También, la carente inversión en artes y
deportes, lo que entorpece el desarrollo artístico-deportivo en los escolares.
En
Tecnología de la Información y Comunicación – TIC´s, el panorama no es
alentador, prueba de ello es la ausencia de equipos de cómputo y tables, y si
las hay, entonces la falta de mantenimiento, o peor aún, la misma inexistencia
de computadores y salas de informática para las instituciones educativas
oficiales del sector urbano y rural. Esto último lo pudimos evidenciar -y
seguimos evidenciando- a través de la radiografía que, desde hace poco más de
un año, al aparecer las clases virtuales por Pandemia Covid 19, cuando los
escolares no contaban ni cuentan con dispositivos móviles ni conexión InterNet.
La Ley 715
y el Decreto 1278 de 2002, hacen parte de la normatividad educativa que
entorpecieron la benévola Ley 115 de 1994, y han generado Dificultad en
ascensos, mala atención en salud, zozobra en el régimen de pensión y cesantías,
y bajos salarios como profesionales (comparado incluso con países
latinoamericanos).
Dichas
normas, creadas y/o reformadas desde hace cuatro lustros para acá, por la Rama
Legislativa y Ejecutiva han sido lesivas para la profesión docente, y generan
además pérdida en la calidad de educación para nuestra niñez y juventud. A
pesar de todas las leyes y decretos que atentan contra la misión sacerdotal
docente, puedo afirmar con conocimiento de causa que, el magisterio es de los
pocos gremios que sigue sosteniéndose y perseverando en pie de lucha,
salvaguardando contra viento y marea el pundonor de la Educación.
Puedo
asegurar que, así como la educación es la mejor herramienta para hacer país,
para construir tejido social, para producir un desarrollo con justicia social,
los gobiernos de turno no han aportado mucho, y, por el contrario, siguen
empeñados en malgastar sumas cuantiosas en compra de armas, tanques y aviones,
y gastos para su mantenimiento.
Todos los
esfuerzos que realiza el magister son contrapuestos con los que realiza el
minister, y esto sí que es perturbarte, que la plausible función sacerdotal de
220.000 maestros encuentre la fuerte oposición por la trivial función de 18
ministros, claro está, todos siguiendo el mandato del ejecutivo, quien toma
literalmente todos los lineamientos del Modelo Neoliberalismo impuesto por los
préstamos del Banco Monetario Internacional, el Banco Mundial, y las medidas
del goloso del norte, USA.
A mi
juicio, puedo manifestar sin error a equivocarme que, los maestros y maestras,
quienes cumplen con su profesión docente y su vocación para coadyuvar la misión
sacerdotal, son verdaderos patriotas que sin armas bélicas combaten la
ignorancia del pueblo escolar, combaten las nefastas reformas de los ministros,
y combaten las injusticias sociales generadas por Casa de Nariño.
Abdico este
escrito, pidiendo que el Señor Dios Todopoderoso, bendiga hoy, mañana y siempre
a los profesionales de la docencia del municipio de Timaná, del departamento
del Huila y de cada rincón de nuestro hermoso país, Colombia.
FELIZ DÍA
DEL MAESTRO. . .
Nota: Respetados lectores, si desean montar fácilmente una Puesta Escénica con temática sobre Pedagogía y Paz, entonces les dejo a disposición los Libretos “Reflexión Educativa”, “Los Dos Deudores”, y “La Maestra” -este último de autoría del Dramaturgo, Enrique Buenaventura), quienes están ubicados en el Libro TEATRO: Guía & libretos. (Informes: 319 - 399 79 07)
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